Resulta que hace un día nos cortaron la luz en el piso y, teniendo todas las facturas menos la última pagada, me sorprendió muchísimo. La cosa es que no todo estaba pagado.
Por lo visto, la compañera encargada de pagar el dinero que le habíamos dado no lo había llevado al Banco y además se le había olvidado por completo. Total que llamamos al Banco, se solucionó todo más o menos..... tuvimos que pagar una factura en máquina y otra en caja... pero se solucionó. Sólo nos quedaba esperar a que nos pusieran luz... pero, hasta entonces, había que hacer cosas. No sé, hay que hacer trabajos y necesitamos acceso a internet, hay que cocinar, la nevera no puede estar sin luz y frío y el congelador menos...
Total que, a raíz de esto, he tenido que estar de aquí para allá buscando soluciones a cada problema y me ha hecho sentir muy bien porque al principio parecía el fin del mundo pero no sé, todo se arreglaba pidiendo ayuda a algunos amigos y yendo a la universidad.
Me pasaba allí los días con el internet y la electricidad trabajando e incluso viendo alguna serie en el descanso y luego algún día me fui a dormir a casa de algún amigo, como he dicho, pero otros me llevaba el móvil cargado de la universidad para que me aguantase por la noche... Y ni tan mal.
También resolví algunos conflictos al respecto en el piso porque, en fin, no quiero hablar de drama, pero digamos que si ya había mal rollo... pues con esto más. Pero vamos que el propósito de esta entrada es compartir que, por mucho que pudiera parecer al principio, no era para tanto. Quizá el problema del congelador era el más importante porque todo lo demás se podía solucionar sin mucho esfuerzo y, de hecho, me ha gustado porque estamos tan acostumbrados a todas estas facilidades que está bien ver de qué dispones, de qué no y cómo puedes suplir ciertas carencias o dónde puedes conseguirlas.
Me ha servido para eso, para salir un poco de la forma de control, para intentar seguir con la rutina pero saliendo un poco de la normalidad de la misma, si es que tiene sentido.
La cosa es que pasaron un par de días y aún no había luz, así que miré los fusibles y estaban hacia arriba... pero me dio por bajarlos y subirlos... ¡y ya había luz! Me sentí entre tonta y super lista, pero bueno, la cosa es que la experiencia estuvo bien y me sirvió para incluir cosas en mi rutina que, de no haber sido por esto, no hubiera pensado. Como, por ejemplo, venir a la universidad a trabajar. Me concentro mucho más y soy mucho más productiva.
Así que bueno, esto es todo. Es muy random pero me apetecía compartirlo.
Salir lo más mínimo de la zona de confort puede ayudarte mucho en tu crecimiento personal.
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