martes, 12 de junio de 2018

FINAL Temporada 3 de Vis a Vis: Amistad, libertad y justicia.

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Ya se acerca la hora de comer (en realidad aún queda pero, como estoy de exámenes, tengo el tiempo bastante distorsionado), así que os propongo este menú TAN completo, cuyo protagonista es el "spoiler", y aviso de que Vis a Vis es una de mis series favoritas de la ficción española y no me voy a cortar un pelo a a hora de revelar información sobre cualquiera de las tres temporadas que se han emitido.

Dicho esto, vamos a empezar. (Aviso de que no me he preparado ningún guión ni nada por el estilo).

Durante las dos primeras temporadas de la serie y a pesar de que la protagonista era Macarena (Maggie Civantos), yo siempre he sido una persona muy de Zulema (Najwa Nimri). No sólo porque ya me gustaba la actriz de antes sino porque, cuando juntas un personaje increíble y una buena actriz, lo único que puede salir de ahí es una maravilla. Y Zulema Zahir es uno de mis personajes favoritos desde ahora y para siempre.

De hecho, desde que comenzó la primera temporada, aunque la historia se contaba principalmente desde los ojos de Macarena, Zulema estaba siempre en medio, controlando, gobernando. Y es que ella era la reina de Cruz del Sur y nadie se le canteaba. Como mucho Saray (Alba Flores), su única amiga, era la que se atrevía a cuestionarla y, aún así, acababa obedeciendo y siendo leal hasta la muerte. Excepto cuando hay niños de por medio. Y si acaso Anabel (Inma Cuevas), el "parásito" de la cárcel, por llamarla de alguna forma. Completamente solitaria, sin escrúpulos ni relaciones sociales aparentes. Únicamente, negocios. 

El final de la segunda temporada de la serie me dejó muy descontenta, es la principal razón por la que hice un vídeo al respecto (que os dejaré por aquí en algún link) y por la que me sentí muy decepcionada. Porque la serie era increíble y, de repente, se cargaron las tramas y los personajes de formas que, ni entendí en su momento, ni comprendo ahora. 

Es un video bastante largo y del cual no me acuerdo muy bien porque ha pasado mucho tiempo pero, no descarto verlo y hablar de ello en otro post. En este caso, vamos a hablar un poco de los cambios que han habido (o que yo he notado) de las anteriores temporadas a la tercera, ya que, al tratarse de una continuación inesperada, aunque aclamada, los cambios han sido más de los normales.

Para empezar, ya no es de Antena 3, sino de Fox, lo cual asustó a los seguidores en un primer momento (yo incluida). Los capítulos no duran 70 minutos, sino 50 o menos. La acción tiene lugar en otra cárcel, Cruz del Norte, por lo que hay funcionarios diferentes, además de nuevas presas y nuevas jerarquías.

De la primera temporada a la segunda, hay bastante cambio ya que, aunque ambas son bastante fuertes, pienso que todo se incrementa y, en ocasiones, se vuelve "turbio". Bueno, pues en esta tercera, todo se intensifica. En mi opinión, la serie ha dejado de ser tan lenta, ha perdido momentos de tranquilidad y cada capítulo se ha convertido en una bomba. Con un ritmo mucho más ágil y, aún así, momentos de tensión y finales sorprendentes. Esto no significa que no me gustara el ritmo anterior, simplemente, quiero decir que es un cambio que funciona. 

Creo que se han dejado atrás elementos... perturbadores, por llamarlos de alguna forma, psicológicos, y se ha apostado por la acción. Como siempre, el ingenio de Zulema, la rivalidad, tanto entre presidiarias como entre estas y los funcionarios, y el resto de elementos propios de la serie. Pero eso, aunque de primeras el cambio de cárcel podía inspirar un ambiente más oscuro, creo que en ese sentido se ha suavizado. 

En cuanto a las presas, la evolución de Macarena entre las primeras temporadas, con sus bajos y sus altos, se ha intentado representar en el personaje de Mercedes (Ruth Díaz) ante la ausencia de la primera. Evidentemente son personajes diferentes que se han expuesto a situaciones completamente diferentes, pero, al ser personajes con una base similar, creo que es inevitable comparar, aunque sea mínimamente, y debo decir que la evolución de este personaje no me ha terminado de convencer. Macarena hacía cosas sin sentido y eso me gustaba, porque la tía se equivocaba y de sus errores a veces aprendía, pero otras no. Y me pasaba los capítulos gritándole a la pantalla porque, encima, las primeras temporadas la tenían siempre en primer plano. 

En esta temporada, la forma de contar la historia es mucho más coral y eso me gusta porque, si hubiéramos visto todo desde la perspectiva de Mercedes, no hubiera tenido el menor sentido. Teniendo personajes antiguos tan queridos, como pueden ser Zulema, Saray, Rizos (Berta Vázquez) y demás, "sustituir" a Macarena por una versión mucho menos inmadura pero también fuera del agua, hubiera sido un error. Yo no creo que la intención de los creadores del personaje fuera sustituir a Macarena, pero entiendo las comparaciones y, si tengo que elegir, Macarena quizá sea menos coherente pero da más juego, es un personaje más interesante, y su evolución es bestial. En cambio, Mercedes va de dura desde el minuto uno y no es consciente de que ni la propia Zulema está en territorio seguro en esa nueva cárcel así que, ella, mucho menos. 

Le toca pasar por malos tragos, ya sea por que se los busca o por estar en el lugar equivocado en el momento oportuno, y es que también parece que no aprende. Así es como en este último capítulo, acaba de cara a la muerte en un par de ocasiones, al borde del ataque de ansiedad y matando, en un acto prácticamente reflejo, a la inspectora Rojas (Irene Anula). 

El caso es que, como decía, sin Macarena, ese pulso por el protagonismo entre la reina mora y la ex-mosquita muerta desaparece por completo, y Zulema pasa a acaparar todas las miradas. Que ya lo hacía antes, pero ahora es más sencillo porque la historia se cuenta desde los puntos de vista de todas las presas (con nombre). En fin, qué esperar de una ladrona si no es for her to steal the spotlight.

En esta nueva cárcel, Zulema se encuentra con una jerarquía en la que ella está abajo del todo. Citando a Goya (Itziar Castro) en el capítulo dos de esta temporada: "Allá afuera mandan las chinas, pero aquí, en esta celda, yo soy Dios [...]", y es que no sólo son Akame (Huichi Chiu) y el resto de chinas las que dominan la cárcel sino que, en la celda que le ha tocado, es Goya la que manda. Así que tela. Llegar nueva a un lugar en el que debes ganarte el respeto y temor del resto para sobrevivir, es golpe duro. Aunque no lo es tanto si ya lo has hecho con anterioridad. 

Y así se reúnen las presas más importantes de las anteriores temporadas en Cruz del Norte. Macarena; Saray, como siempre detrás de Zulema pero tirando de Rizos; Sole (María Isabel Díaz), arrastrando la muerte de su marido y a Tere (Marta Aledo) y su drogodependencia... Y la aparición de nuevas presas como Luna (Abril Zamora) y Pruden (Ana Marzoa) que se unen a estas.

Anabel también va a Cruz del Norte, como he mencionado antes, pero Zulema le gana el pulso de una vez por todas y consigue que Altagracia (Adriana Paz) la mate en un ataque de ira y venganza (aunque no era ella la culpable pero bueno, ya era hora de pagar, qué más da si por lo suyo o por lo de las chinas xxdddd). 

El caso es que Zulema poco a poco se va haciendo respetar, más bien, primero pasa desapercibida y luego juega bien sus cartas para asegurarse la supervivencia, hasta el punto de llegar a una alianza con la propia Altagracia, que deberíais saberlo si estáis leyendo esto pero, es una funcionaria de la cárcel aunque ex-convicta, y juntas no sólo consiguen la venganza de Altagracia sino que también la libertad de Zulema y la posterior liberación de Saray, en torno a la que gira todo el último capítulo de esta temporada.

El capítulo comienza con Zulema de fiesta, sola, dos meses después de los acontecimientos que nos van a mostrar a continuación, por lo que sabemos que su huída funcionó y, deducimos, que dejó a Saray tirada en la cárcel como le dijo que iba a hacer. Pero después resulta que no, que una vez Altagracia termina con su venganza contra Frutos (Luis Callejo), Zulema le pide que vuelva a por Saray. Y esta accede. Entonces surgen las preguntas, ¿por qué no las hemos visto juntas? ¿Acaso sale mal? ¿Acaso vamos a tener un final de infarto nuevamente? La respuesta es: VAYA QUE SÍ.

Si el desenlace de la fuga de las chinas nos puede dejar tristes por la muerte de Nerea (y porque nos imaginamos cómo se lo va a tomar la pobre Rizos, que no tenía bastante con Macarena en coma, parece ser), el desenlace de esta trama es para ponerse cuatro cinturones. 

La fuga de Saray se convierte en una carrera contrarreloj de la que muy difícilmente van a salir airosas alguna de las dos (Saray y Altagracia), es aquí cuando Sole, Rizos y Tere se hacen con unas armas y toman la cárcel para asegurarse de que las dejen salir y, ya de paso, montar una fiesta con su música, su pizza y sus alitas de pollo. (No puedo evitar relacionar esta situación de Rizos respecto a Nerea con la que vivió Sole mientras mataban a su marido: ella de fiesta y sin saber lo que le espera).

Así es como la AMISTAD, aunque yo a esto lo llamo AMOR, uno de los aspectos más importantes de esta serie, toma protagonismo y demuestra el cariño que se tienen las presas y cómo, las unas por las otras, dan lo que sea. Sole ya no tiene nada que perder, Rizos haría cualquier cosa por Macarena o Saray y Tere es la puta ama y, citándola, "tengo un mono que me subo por las paredes".

Con Saray fuera de la cárcel, ya sólo nos queda saber qué harán, por un lado, la concejala, y, por otro, Zulema, la gitana y Altagracia. Zulema, que tenía bien montado el business con el hermano de Akame, es la que inicia ese tiroteo en el que la concejala se ve envuelta y que ya he mencionado antes, y simplemente se larga con su dinero como la reina que es. El desenlace de este acontecimiento ya lo he explicado antes así que vamos a dejarlo en que la "reunión familiar", como lo llama Zulema, no acaba demasiado bien.

Se reúne con Saray y Altagracia y... es Antonia (Laura Baena), sí, la indultada, la que va a buscarlas con una furgoneta. Y así se fugan. 

Problema.
Volvemos a donde todo empieza. Dos meses después.
Una fiesta de disfraces y una llama que interrumpe a Zulema. Una llamada de Altagracia, a la cual han pillado y, evidentemente, no puede decir nada al respecto. De todas formas, conociendo a Zulema, sabemos que no es necesaria mucha información para que se de cuenta de todo y, efectivamente. Pero, en lugar de huir, se queda a charlar con Castillo (Jesús Castejón), inspector al que lleva amargando la vida desde el minuto uno y que siempre le sigue la pista... 

Hasta que llega Saray. A tiros, embarazada, como si nada. La tía, como siempre, a por Zulema, con lealtad. Y de la misma forma salen. A tiros y bajo la premisa de que "sólo muere quien es olvidado y 'todos esos que están ahí fuera no nos van a olvidar en la puta vida'".

Pero el capítulo se llama "Lo que sabemos de los monstruos por algo" y es que, este acto tan simbólico de lo que son Saray y Zulema, va seguido de uno que es Zulema en su puto límite y es que Saray recibe un disparo y le pide que la lleve al hospital. Y Zulema mataría y moriría por Saray pero hay una única cosa que no daría a nadie, ni siquiera a ella, y esa cosa es su LIBERTAD. 

Ella está enjaulada hasta dentro de sí misma y siempre está buscando esa libertad. Siempre lo ha hecho, desde pequeña. Cualquier riesgo, incluso de muerte, vale la pena con tal de luchar por ella. Es por eso que no puede dejar que Saray vaya al hospital, porque si le sacan información, a la mierda todo. Pero tampoco la puede dejar morir desangrada o teniendo un aborto o una parto prematuro o a saber qué así que... intenta ahogarla con el cinturón. 

Juro que cuando lo he visto me he quedado de piedra pero luego, pensándolo con más calma, tiene todo el sentido del mundo. No puede abandonarla, no puede obedecer sus órdenes, así que esa es la decisión que toma. Desde luego es egoísta, pero es que eso ya lo hemos sabido desde el principio, Zulema es un mal bicho, un escorpión, una persona venenosa, tóxica, y nos lo han avisado desde el principio, especialmente durante este capítulo, con los clips que se graban las presas en el recreo, y aunque es cierto que Saray es la persona que más le importa, antes que ella, va ella misma. 

Y por parte de Saray lo mismo, ella va con Zulema a muerte, también mataría y moriría por ella pero, evidentemente, entre ella o sí misma, también prima su propia persona, y entonces nos dejan escuchar unos tiros... pero no vemos a dónde van.

Ambos actrices están confirmadas para la próxima temporada así que no me alarmo en exceso pero al principio, al pensar que habían muerto los que son, en mi opinión, los mejores personajes de la serie, es que casi me da un patatús.

Finalmente, quiero mencionar que las tres palabras que dan título a esta entrada (amistad, libertad y justicia) son las tres palabras con las que el director del último capítulo lo define y es que creo que lo describen a la perfección, porque tenemos la amistad que ya hemos mencionado, la libertad que sería Zulema y, por último, la justicia, que sería Altagracia, la cual ha estado en ambos lados de la misma y la cual decide tomarse la justicia por su mano desde el capítulo uno. 

En fin, dejo este recorrido por la serie y, más concretamente, el último capítulo aquí. Haré la entrada que he mencionado sobre el vídeo que hice en su día pero no sé cuándo porque estoy de exámenes y luego entre pitos y flautas, no estoy libre hasta agosto. Pero, lo dicho, lo haré.

Saludos y marea amarilla.


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