viernes, 29 de junio de 2018

La última noche en El Sótano

Hoy he vuelto a mi ciudad después de un mes entero de exámenes y me parece apropiado cerrar este curso (más o menos) contando lo que pasó la última noche que fuimos a El Sótano.

No entraré en detalle respecto a este local pero diré que lo estaban cerrando por incumplimiento de la normativa (salidas de emergencia, etc.) y, aunque estaba en medio de los exámenes, decidí pasarme un día con unos amigos.

En realidad no fue del todo así. Yo quedé con un amigo para dar una vuelta con su perro y, como estaba con una amiga, se vino también. Fuimos hacia El Sótano y afuera estaban algunos amigos de este amigo mío en cuestión, así que nos quedamos con ellos. Muy muy buena gente. Concretamente, la chica y uno de los chicos.

Estuvimos en la calle jugando con el perro, hablando y, todo sanísimo, ni fumar ni beber ni nada. La verdad es que no hay mucho que contar aparte de que estuvimos compartiendo opiniones y experiencias (y algunos haciendo poses de break, o intentándolo xd).

La cosa empieza cuando entramos adentro y estábamos cuatro gatos (más el perro xd) bailando un poquito y sin más. Era una noche rara porque no habíamos salido de fiesta y al día siguiente había que estudiar, pero sin más. Ahí estábamos socializando un poquito y fluyendo con el flow. Y eso que ambas somos muy raritas para todo lo social jaja.

El caso es que había unos cacahuetes y esas cosas y, mi amiga y yo, al ser de Psicología, nos los empezamos a lanzar a la boca con la broma de "toma tu pellet", como si estuviéramos haciendo un experimento de condicionamiento operante con la rata Sniffy. Y yo acabé por los suelos, as usual.

Total que al rato veo a un señor en la barra con una coleta que me resultaba familiar. Por familiar, entiéndase mi profesor de lengua de segundo de la ESO. No way me lo iba a encontrar en otra ciudad, esa noche concreta, en EL SÓTANO. O sea, wtf.

Así que le pregunto a mi amiga si es él, pero resulta que a ella no le dio clase, y yo me rallo. Entonces le digo "es que estoy por preguntarle". Y me dice "no hay pellets para eso". Total que voy y le pregunto que cómo se llama y... acierto. Era él. Le digo que soy su antigua alumna y él, borracho, me empieza a contar su vida. Yo flipando y encantada de encontrarme con este buen hombre.

Me desea mucha suerte y lo dejo que siga con sus negocios en la barra.

Y entonces me doy cuenta de que me he encontrado a mi antiguo profesor metalero en el pub de confianza en otra ciudad en la última semana que El Sótano está abierto.

Fue una noche rara pero desde luego para el recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por pasarte. ¿Quieres comentar algún contenido? ¿Que estemos en contacto? Pues deja un comentario o pásate por mi twitter (@Angy_Lilastars). ¡Nos leemos! <3